Juan José Salas, doctor en Químicas, es conocido como el Médico del Agua desde 2016, cuando participó en un concurso de post centrado en profesiones del agua con el objetivo de poner en valor a los que se dedican a "sanar aguas enfermas", como las residuales, y evitan con ello que nos sigamos envenenando.
Con más de 40 años de experiencia en el sector del tratamiento de aguas residuales y jubilado en 2021, continúa participando en proyectos nacionales e internacionales centrados, principalmente, en limpiar las aguas de pequeñas poblaciones.
Hemos charlado con él durante su visita a Valencia para participar en la presentación de las conclusiones del proyecto cofinanciado con fondos europeos Life Renaturwat, que ha demostrado la eficacia y viabilidad de tratar aguas residuales de pequeñas poblaciones (hasta 2.000 habitantes equivalentes) mediante humedales artificiales combinados con lodos de potabilizadora.
Médico del Agua, ¿por qué?
"De pequeño siempre me gustó la química, siempre estaba cacharreando, y mi madre me decía, tú vas a ser médico del agua, en aquel tiempo no lo entendí".
Con motivo del Día Mundial del Agua (en 2016), para concurrir a un concurso de post, decidió investigar y descubrió que en Sevilla, donde vive ahora, "hubo un médico en el siglo XVIII que todo lo curaba con agua, el doctor Juan Valdés Cortés".
Entonces decidió hablar del médico del agua, pero cambiando el enfoque de médico que cura con agua por el de "una vida dedicada a sanar aguas enfermas". Su post ganó.
Divulgador incansable, desde entonces es conocido como el Médico del Agua, con la especialidad de pediatría, pues ha centrado su vida profesional en el tratamiento de aguas residuales en pequeñas poblaciones (menos de 2.000 habitantes).
Diagnóstico
En España, más del 60 % de los municipios lo son y ahí es donde hay que poner el foco en depuración. Las grandes ciudades ya tiene sistemas implantados mientras muchas pequeñas poblaciones carecen de sistemas para limpiar sus aguas y es necesario dar con soluciones para ellas lo menos costosas posible, simples de mantener y con el menor consumo energético y de personal.
A nivel mundial, no sólo en España, "hemos ido acometiendo la depuración a gran escala, porque actuar ahí supone mucha contaminación eliminada, pero nos quedan cantidades enormes de pequeños municipios que tienen que depurarse".
Además, la nueva directiva europea de tratamiento de aguas, que entrará en vigor en el 2027, establece que las poblaciones entre 1.000 y 2.000 habitantes equivalentes, que antes no se consideraban, tienen que tener depuradora. Es más, añade que donde haya riesgo de contaminación la escala baja aún más.
Tratamiento y riesgo
¿Y cuál es el tratamiento ideal?, le preguntamos. Su respuesta: pues que no hay tratamiento ideal. "Si lo hubiera, no habría investigaciones. Cada depuradora es un traje a medida. En función de las características del lugar, población absorber, climatología, tipo de suelo, etc escogeremos una solución u otra".
Encontrar una solución se hace más necesario que nunca porque ahora sabemos que el el 11 % de las aguas superficiales de la Unión Europea está afectada por vertido de pequeñas poblaciones, según la estimación que se llevó por primera vez con motivo de la elaboraicón de la directiva, ha apuntado.
Si no lo hacemos, seguiremos envenenándonos (...) todo lo que vamos generando en pequeña y gran población acabará en el río, acabará en el mar. Si no quitamos contaminación, iremos incrementándola.
Además, cuanto más buscamos, más encontramos, como, por ejemplo, los contaminantes emergentes (medicamentos, productos químicos y demás), que aunque se sabía que están ahí ahora, gracias al avance de la tecnología, podemos determinarlo y se hace más evidente la necesidad de limitarlos.
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