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He recorrido todas las tiendas de Plasencia para comprar los regalos y solo he visto diferencias entre los videojuegos», asegura la placentina María José Rodríguez.
«En un solo juguete de los que tenía que comprar he visto la diferencia y no llegaba al euro», afirma el cacereño Diego Hernández.
Esta realidad la ha constatado también la Unión de Consumidores (UCE) de Extremadura. «La competencia entre las distintas opciones comerciales se ha quedado en una mera ilusión navideña», asegura el director provincial de UCE, Roberto Serrano.
La organización ha llevado a cabo el estudio anual que elabora para comprobar los precios entre los juguetes más demandados por los niños cada Navidad y se ha encontrado con novedades este año. Por primera vez, decrece notablemente la diferencia de precios en los juguetes entre los distintos establecimientos de la región. Un asunto que no ha gustado a la UCE porque entiende que este hecho perjudica a los intereses de los consumidores.
«Hemos analizado los precios de los 20 juguetes estrella para esta Navidad y solamente en cuatro de ellos hay diferencias superiores a cinco euros entre distintas tiendas», afirma Roberto Serrano.
«Hemos visitado varios establecimientos de todos los formatos: grandes superficies, franquicias de juguetes y pequeños comercios y, además, hemos tomado como base el precio de venta recomendado por el propio fabricante y así hemos constatado la escasa diferencia que hay este año». El director provincial de UCE Extremadura asegura que en los años anteriores las diferencias eran notables. En los dos ejercicios precedentes, por ejemplo, los mismos estudios establecieron diferencias en más de la mitad de los juguetes estrella seleccionados. «Esas diferencias en 2011 y 2012 fueron en unos casos del 4,3%, pero en otros fueron del 18,25% e incluso en algún caso del 100%». Ahora se dan en cuatro juguetes y son mínimas.
Tradicionalmente había dos fórmulas para reducir la factura de la compra de juguetes, uno de los mayores desembolsos que conlleva la Navidad para las familias: la anticipación de las compras, puesto que muchos juguetes y grandes superficies ofrecían descuentos en el mes de noviembre; y la comparación de precios, «porque lo habitual era detectar diferencias de al menos un 35%».
Sin embargo, este año no hay fórmulas posibles para reducir la factura. «Una de las consecuencias de la libre competencia es que las empresas, hasta este año al menos y con el objetivo de atraer al mayor número posible de clientes, solían batallar en una de las facetas fundamentales para que el consumidor se decante por una o por otra: el precio». De ahí que, antes de la compra, fuera habitual por parte de los consumidores comparar precios entre los distintos establecimientos, como un sistema sencillo y fiable para ahorrar.
La diferencia este año brilla por su ausencia. «Los vendedores han coincidido en la recomendación de precios que hacen los fabricantes», dice Roberto Serrano.
La Asociación Española de Fabricantes de Juguetes (AEFJ) asegura que siempre ha sido así, que siempre por tanto ha habido un precio recomendado por el fabricante. La UCE, por su parte, entiende que esta recomendación se podría estar convirtiendo en una fijación de precios y, por este motivo, ha planteado una consulta a la Comisión Nacinal de la Competencia. «Solicitamos que determine, a la vista de los datos que hemos obtenido, si la recomendación de precios en el sector juguetero pudiera estar actuación de facto como una fijación de precios, perjudicando así los intereses económicos de los consumidores», explica Roberto Serrano.
Añade que, según el criterio de la Comisión Nacional de la Competencia, «la recomendación de precios de reventa o el establecimiento de precios máximos es aceptable, siempre que la cuota de mercado de cada una de las partes no exceda del 30% y que la recomendación no se acompañe con medidas de presión o incentivos que supongan de facto el establecimiento de un precio fijo».
La UCE deja claro que no tiene prueba alguna de que la recomendación de precios por parte de los fabricantes suponga, de hecho, una fijación de precios. «Pero hemos pedido a la Comisión de la Competencia que lo investigue porque de los 20 juguetes analizados solo en cuatro hemos hallado diferencias apreciables», reitera Serrano.
Vendedores y consumidores coinciden en las escasas diferencias que hay en los precios de los juguetes. Para los primeros, es positivo; para los segundos, no.
«Los precios son los mismos porque todos ponemos los más bajos posibles, con el objetivo de vender y pasar el año como sea; en los últimos años las diferencias han sido pocas, este año quizás menos por la crisis», explica Jesús Fuentes, vendedor de juguetes en un comercio local.
«Nosotros somos una franquicia y es la central la que pone los precios y la verdad es que sí, que los diferentes catálogos muestran los mismos precios; no sé quién los pone pero todos tenemos los mismos», señala Claribel Fuentes, vendedora de juguetes en una franquicia. A su juicio, «esto es positivo para todos, porque los precios son los mismos y así cada uno puede elegir dónde quiere comprar».
Julia Mar Campos, madre de familia que estos días ultima las compras de los Reyes Magos, opina por el contrario que la escasa diferencia de precios entre los juguetes perjudica a sus intereses económicos. «Lógicamente, así, no tenemos muchas fórmulas para ahorrar».
Sonia Sánchez, otra madre de familia, comparte su opinión: «Creo en la libre competencia, porque está claro que si la hubiera podríamos ahorrar en la factura».
«No sé si ahorrar, pero al menos gastar menos desde luego; yo he encontrado algunas diferencias en los precios que rondan los cinco euros», añade Andrés Luis Hornero, padre de familia.
En este sentido, UCE Extremadura anima a los consumidores a buscar esas diferencias. «Aunque las hay con menos frecuencia de lo que sería deseable, se puede ahorrar dinero». Según los compradores consultados, en los regalos de Reyes esta Navidad se gastarán más de 200 euros.
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