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Historias de amor y muerte se mezclan ante los cristales de las administraciones de lotería de Granada
Al otro lado del cristal, la diosa Fortuna espera. Las administraciones de Granada guardan las llaves que abren la cerradura de los sueños de la ciudad. La fe es lo último que se pierde en estos días previos al ‘Gordo’, donde cada punto de venta toma cierto aura mágico. No hay más esperanza que en la cola de vecinos del número 28 de la avenida de Dílar. Aquí se dan cita una decena de clientes a los que atiende María del Carmen González-Cimarro, una de las loteras más conocidas de la capital. Sus manos vuelan de un boleto a otro mientras desgrana las curiosidades ligadas a los números de este año: «Están pidiendo mucho el número de la fecha de la muerte de Nelson Mandela, no sé por qué. También el número de las olimpiadas y de partidos de la Selección».
Premoniciones y fechas personales son los orígenes de las peticiones del público que aquí se acerca, explica. Una señora lo confirma desde la cola. «He soñado muchas veces con el 33. Este año, si pudiera me lo llevaba», apunta. Algo más lejos José, otro vecino del barrio, recoge el testigo. «Una vez soñé con unos números. Me dijeron que no lo comprara, que era una tontería. Al final ese año tocó. Perdí 40 millones de pesetas de los de entonces», reconoce con tristeza. María del Carmen sonríe y continúa trabajando. Está acostumbrada a estas conversaciones desde hace años. La administración perteneció a su abuelo y el negocio continúa repartiendo sueños como entonces.
El mismo ambiente de tradición y magia se percibe en la calle Príncipe. En el número 11 la misma familia ha vendido la Fortuna desde hace más de setenta años y han visto pasar generaciones enteras de granadinos. «Aquí vienen ya los bisnietos. Se suceden uno tras otro y siempre a por los mismos décimos», explica Inma Ruiz, una de las empleadas. Los números no varían y el ‘Gordo’ puede con todo, incluso con el desamor. «Hay un cliente que lleva viniendo a por el boleto de la fecha de su boda desde 1995 y este año decía que no estaba seguro si llevárselo. Resulta que se acababa de divorciar. Aún así, se lo llevó. No puedo decir que número es, pero espero que le toque», asegura.
Los cristales de las administraciones se convierten en hojas de calendario donde los clientes buscan sus fechas. Veinte euros son la cruz con que se tachan los días. Hay bodas, nacimientos, comuniones, muertes... También fechas de más enjundia Hasta 2011 el PSOE de Granada jugaba el número de la primera victoria de José Luis Rodríguez Zapatero. «Eso se empezó a hacer en la época de Francisco Álvarez y se repitió durante varios años hasta hace poco. Aún hay gente que lo sigue comprando, pero el 14.304 pasó a la historia como número colectivo», confirma el edil Chema Rueda.
Anónimos y caras conocidas
Aunque son los vecinos los que llevan la voz cantante durante el año, también algunas caras famosas se acercan a las administraciones. Inma recuerda a Eva Pedraza, Mariola Cantarero, concursantes de ‘Mira quién baila’... Sin embargo, tiene un nombre por encima de todos: Miliki. «Vino un año y me dio mucha alegría. De pequeña lo veía en la televisión y me impresionó verlo aquí, detrás del cristal», rememora Inma.
El payaso más famoso de España no es el único miembro de la familia Aragón que confía en la suerte de la ciudad. También Rody ha comprado algún boleto que otro, tal y como cuenta Joaquín, que regenta la administración de lotería del número 35 de la calle Recogidas.
Pero entre todos destaca uno de los mayores polemistas de la televisión, Risto Mejide. El publicista se acercó el año pasado a la administración número 8 para comprar un décimo. «Salí a saludarle y le regalé un boletillo», cuentan allí.
En Granada, los sueños son compartidos, un lazo que une a clientes y loteros. El cristal de la administración une más de lo que separa. «La ilusión no se pierde nunca, a ver si este año toca», concluye María del Carmen en el Zaidín.
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