JAEN HOY / LAS CASAS CUEVAS DE RUS RENACEN DEL OLVIDO MEDIO SIGLO DESPUES: "QUEREMOS HACERLAS VISITABLES "/
La excavación dirigida por el arqueólogo Fabián Valcárcel saca a la luz este patrimonio singular que desde el Ayuntamiento se pretende poner en valor
Las tumbas islámicas que dormían bajo un pueblo de Jaén y que aparecieron durante unas obras
Como un dragón que custodia su tesoro en el interior de una gruta. Así se siente Cristóbal Pulpillo en su última tarea: recuperar las olvidadas casas cueva de Rus. Esta barriada y sus cerca de 80 cuevas fueron ocupadas hasta mitad del siglo pasado, según cuenta este vecino, en un terreno que hoy ocupa el campo de fútbol municipal. Su historia, sin embargo, acabó diluida en el tiempo.
“A finales de los 70 se ordenó cerrarlas debido principalmente a sus condiciones higiénico-sanitarias”, apunta Pulpillo. En la actualidad, el empeño del Ayuntamiento y el arqueólogo Fabián Valcárcel, quien dirige las excavaciones, pretende resurgir la historia de este patrimonio y sus habitantes: los entonces llamados “cueveros”. Estos mismos vecinos acabaron repoblando otras zonas de crecimiento en la localidad.
Fue precisamente en el año 2022 cuando se llevaron a cabo las primeras acciones para lograrlo. “Conseguimos recuperar tres, que se habían salvado sencillamente por estar fuera del campo”. La dimensión de algunas de ellas sorprendió incluso a la hora de plantear su restauración, tanto que llegaron a encontrar una chimenea en el interior de una de ellas.
Un tesoro enterrado
“De haberlas mantenido en su momento tendríamos un patrimonio bastante impresionante ahora”, señala este intrépido senderista y buscatesoros. Si bien él mismo es consciente de que existen algunos restos similares en Vilches, “la mayoría de vestigios en la comarca se han acabado hundiendo”. Sin embargo, la esperanza volvió a resurgir este pasado viernes durante la última intervención.
“Hicimos una búsqueda y localizamos tres nuevas casas cueva”, expresa. La curiosidad del arqueólogo responsable los invitó a adentrarse en su interior para conocer el estado de las mismas y comprobar si realmente merecía la pena ponerlas en valor. “La primera estaba llena de escombros y basura, la segunda fue imposible entrar porque había desprendimientos, y la tercera es la que estaba más llena de tierra, aunque en buenas condiciones”.
Las imágenes captadas por su teléfono móvil no dejan indiferente a nadie: esta última cuenta con hasta cuatro salas y un distribuidor, muchas de ellas con alacenas y hornacinas perfectamente visibles, incluso con el suelo enlosado. A este hecho se suma la dimensión de dos de sus habitáculos cuadrangulares, con una amplitud de tres metros y una altura aproximada de 2,80. “El objetivo ahora es hacerlas visitables para que todos los vecinos puedan conocerlas”, concluye.
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