MALAGA HOY/ LA PRECIOSA Y PEQUEÑA PISCINA NATURAL A POCA DISTANCIA DE ESTE ENCANTADOR PUEBLO BLANCO DE MALAGA /
Charco de las Viñas: el oasis perfecto para refrescarse a pocos pasos del pueblo
Un remanso de agua cristalina rodeado de historia y tradición en Ojén
El pueblo de Málaga que fue incluido como uno de los mejores donde vivir del mundo
Situado a menos de diez kilómetros de Marbella y en pleno corazón de la Sierra de las Nieves, Ojén es uno de los pueblos blancos más pintorescos de la provincia de Málaga. Su estratégica ubicación convierte al municipio en un verdadero balcón natural desde el que se dominan tanto las montañas como el horizonte del mar Mediterráneo. El entramado de sus calles encaladas, sus tradiciones ligadas al agua y la riqueza de su entorno natural hacen de esta localidad un lugar de gran atractivo cultural y paisajístico. Entre los muchos rincones que ofrece Ojén, destaca una pequeña pero preciosa piscina natural: el Charco de las Viñas. Situado junto al cementerio del municipio, este manantial de aguas cristalinas se ha convertido en uno de los espacios más populares para quienes buscan un baño refrescante en cualquier época del año.
El enclave es accesible en coche y, por su cercanía al casco urbano, resulta habitual encontrar vecinos y visitantes disfrutando de un rato en este rincón natural. Sin embargo, también es posible descubrir momentos de mayor tranquilidad que permiten apreciar el sonido del agua y la calma del entorno. La importancia de este charco va más allá del baño, pues representa el valor del agua en la historia y el presente del municipio.
Senderos y miradores con vistas únicas
El entorno natural de Ojén está marcado por su proximidad al Parque Nacional de la Sierra de las Nieves, un espacio de gran riqueza paisajística y faunística. En esta zona, rutas como la de El Cerezal permiten adentrarse en bosques mediterráneos y alcanzar miradores desde los que se despliega una panorámica espectacular.
El Mirador del Castillo, uno de los más reconocidos, ofrece una de las vistas más impactantes del municipio, con la disposición de las casas blancas encaramadas en la ladera y las montañas como telón de fondo. También destacan el Mirador de Ojén y otros accesos al pueblo, que regalan imágenes únicas del paisaje circundante.
La huella del agua en el casco urbano
Ojén conserva en su centro histórico símbolos que recuerdan la importancia del agua como recurso esencial. En la plaza principal se encuentra la Fuente de Los Chorros, un punto emblemático que continúa siendo lugar de encuentro para vecinos y visitantes.
Otro de los atractivos más singulares son las cuevas situadas en pleno casco urbano. Estos espacios naturales, integrados en la vida del pueblo, aportan un encanto especial y constituyen un atractivo para quienes recorren sus calles estrechas y empinadas.
Patrimonio cultural y gastronómico
La riqueza cultural de Ojén se refleja también en sus museos y en su gastronomía. El Molino de Aceite, con más de doscientos años de antigüedad, ha sido restaurado y convertido en museo, testimoniando la relevancia histórica de la producción de aceite en la zona.
De igual interés resulta el Museo del Aguardiente, que rinde homenaje a la bebida más célebre del municipio. El aguardiente de Ojén alcanzó gran fama en los siglos XIX y XX, llegando a ser mencionado por artistas y escritores de renombre como Picasso o Cela. Hoy, el museo recoge esta tradición y la vincula con la identidad cultural del pueblo.
En cuanto a la gastronomía, Ojén ofrece una amplia variedad de bares y restaurantes donde es posible degustar productos locales de primera calidad, reforzando la experiencia de quienes visitan este rincón de la Costa del Sol.
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