EL FARO DE MOTRIL / Motril abre la puerta a la gran distribución: una medida que amenaza al pequeño comercio y a los mercados municipales/
Motril abre la puerta a la gran distribución: una medida que amenaza al pequeño comercio y a los mercados municipales
A partir de hoy, Motril entra oficialmente en el listado de municipios andaluces reconocidos como Zona de Gran Afluencia Turística (ZGAT). Esta declaración, impulsada por el Ayuntamiento y aprobada por la Junta de Andalucía, permite la apertura de comercios durante domingos y festivos entre el 21 de julio y el 30 de septiembre. Sin embargo, lo que se ha presentado como un impulso turístico y económico encierra riesgos profundos para el tejido comercial tradicional, y especialmente para los mercados municipales, verdaderos pulmones del
comercio local.
Una ventaja desequilibrada para las grandes superficies
La entrada en vigor de la ZGAT facilita que las grandes cadenas comerciales y supermercados amplíen sus horarios, concentrando aún más las ventas y
desplazando al pequeño comercio. Estos negocios familiares, muchas veces gestionados por autónomos sin plantilla, no pueden competir ni en horarios ni en recursos con las grandes superficies, que ya disfrutan de ventajas fiscales, logísticas y tecnológicas.
La apertura en festivos se convierte así en una amenaza directa para miles de comerciantes locales que sostienen la vida económica y social de los barrios.
El golpe silencioso a los mercados municipales
Uno de los efectos más preocupantes de esta medida recae sobre los mercados municipales de Motril. Tradicionalmente, el sábado ha sido el día fuerte de ventas para pescaderos, carniceros, fruteros y otros pequeños puestos que dependen del volumen del fin de semana. Sin embargo, con la posibilidad de comprar en
grandes superficies los domingos, muchos consumidores aplazan sus compras, afectando directamente la facturación del sábado en los mercados de abastos.
Esta modificación en los hábitos de consumo no solo erosiona la rentabilidad de los puestos municipales, sino que pone en peligro su viabilidad a medio plazo, amenazando con vaciar unos espacios que son parte de la identidad cultural y social de la ciudad.
Silencio institucional y falta de oposición política
Cuesta entender cómo el Ayuntamiento de Motril, conocedor de la delicada situación del comercio local, ha solicitado esta declaración sin realizar una consulta pública ni presentar un estudio de impacto. Más llamativo aún es el
mutismo de los partidos de la oposición, que no han formulado alegaciones ni han mostrado objeción alguna a la medida. La falta de respuesta política y social deja desprotegido a un sector que lleva años reclamando ayudas, no liberalizaciones
que lo asfixien.
¿Más turismo o menos ciudad?
El argumento de la «afluencia turística» no puede justificar decisiones que
desmantelan progresivamente el comercio de proximidad. Motril no necesita más festivos con centros comerciales abiertos, sino inversión pública para fortalecer el tejido comercial de sus barrios, modernizar los mercados municipales y proteger a quienes generan empleo estable, directo y de cercanía.
¿Qué ciudad queremos construir?
Mientras las luces de las grandes superficies brillan los domingos, las persianas
del comercio tradicional y los puestos de mercado podrían apagarse para siempre. La ciudadanía, las asociaciones vecinales y los propios comerciantes deben levantar la voz: ¿queremos una Motril para las franquicias o para su gente?
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